Las valijas llenas de premios, dos fotos con Elon Musk, otra con Donald Trump, más de 12 mil millas recorridas –cinco vueltas completas al globo–, un conflicto diplomático abierto con España y más de 650 millones de pesos de las arcas del Estado gastados por las distintas comitivas –al menos hasta el mes de mayo– es el saldo que dejan las giras de Javier Milei por el exterior en lo que va de su mandato. A juzgar por los resultados de su política exterior, puede decirse que el Presidente invirtió el tiempo y los fondos públicos que requirieron sus viajes mucho más en él mismo –en posicionar su figura en el mapa de la derecha global– que en conseguir beneficios para el país. Algo que volvió a repetirse este sábado, cuando le estrechó la mano a Jair Bolsonaro en una cumbre en Camboriú de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) para terminar de dinamitar la compleja relación con Lula y el gobierno brasileño.
De acuerdo a información pública solicitada por Página/12, precisamente tres de las giras más costosas fueron aquellas que el libertario emprendió con un objetivo personal o estrictamente político partidario:
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La primera de las visitas a Madrid, del 16 al 20 de mayo, costó más de 193 millones de pesos. Milei se alojó junto a su comitiva en el exclusivo Hotel Hyatt Regency Hesperia durante tres noches, lo que representó un gasto de poco más de $6 millones. El traslado, a bordo de la flota presidencial, insumió otros $156 millones, más otros 3 millones en pasajes varios. El resto, $34 millones más, se fue en viáticos. El saldo: la presentación de su libro “El Camino del Libertario”, un discurso en el acto “Europa Viva 2024”, organizado por su amigo Santiago Abascal (máximo referente del partido de ultraderecha Vox), y un almuerzo con empresarios, los mismos que más tarde le reprocharon en duros términos haberse enfrentado con el presidente español, Pedro Sánchez, porque afectaba el clima de inversiones. Por ese viaje recibió también una denuncia el secretario de Culto, Francisco Sánchez, quien le facturó al Estado más de 3 millones de pesos en viáticos.
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El cuarto viaje del Presidente a Estados Unidos, con base en Los Ángeles, California, costó casi 200 millones de pesos. Fue entre el 6 y el 9 de mayo. El gasto del traslado fue de $168,7 millones. En pasajes, hoteles y viáticos, de otros $28,7 millones más. El saldo: una foto con su ídolo y dueño de Twitter, Elon Musk, y una frase para el recuerdo: “El futuro de la humanidad está en Marte”, dijo desde el púlpito del Instituto Milken, con Luis “Toto” Caputo escuchándolo desde las primeras filas.
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La tercera e inmediatamente anterior visita al país del Norte fue entre el 12 y el 16 de abril y la ciudad elegida fue Miami. El costo total fue de más de 100 millones de pesos. 37 millones en el vuelos, y otros 65 millones en viáticos. Un dato curioso: según la respuesta del Gobierno a este diario, “no hubo erogación en concepto de alojamiento”. Aparentemente, fue la comunidad Jabad Lubavitch la que le costeó las tres noches en el lujoso Grand Beach Hotel Surfside. Esa misma entidad le entregó el premio como “Embajador de la luz”, el único saldo que dejó la gira, sin contar la primera foto con Musk, que fue en la ciudad Texas, y que costó unos 39 mil dólares más en pasajes ida y vuelta desde Miami.
Los datos surgen, nuevamente, de un pedido de acceso a la información pública de Página/12, que preguntó por los costos totales de los viajes de Milei a mayo de este año. Hasta entonces, el Presidente había completado ocho giras por el exterior, con un costo total para las arcas públicas de $650.563.261,85, siempre según la Secretaría General de la Presidencia (la oficina que ocupa Karina Milei y que se encarga de organizar las giras oficiales). Este diario también pidió las facturas de cada gasto, pero salvo en el caso de los vuelos y el Tax de los aeropuertos del exterior, el Gobierno prefirió omitirlas en su respuesta.
De ese total de más de 650 millones, $362,7 millones corresponden a gastos en combustible e impuestos varios de la flota, y también en pasajes de los primeros vuelos, que fueron por línea comercial (Milei utilizó el avión presidencial por primera vez en el viaje a Miami, en abril). El resto, otros $287.8 millones, se gastó en hoteles, viáticos y vuelos privados, como el que hizo de Miami a Texas para verse con Musk.
Otro dato que se desprende del documento que recibió este diario es que las giras “personales” de Milei fueron mucho más caras que las que tuvieron algún tipo de justificación institucional. El viaje que realizó en enero a la Cumbre de Davos, en Ginebra, costó $ 36,4 millones de pesos, tres veces menos que los de Texas y Madrid; mientras que la gira por Israel y Roma, donde se vió con el Papa, costó –siempre según el Gobierno– la mitad: poco más de 85 millones.
Cinco vueltas al mundo
De acuerdo al cálculo de Página/12, desde que asumió la presidencia, Milei se pasó en total 50 días fuera del país en sus giras, contando las horas de vuelo. Más de un mes y medio viajando en casi ocho de gestión. Un número que no tiene precedentes desde la vuelta de la democracia.
En total, el Presidente lleva acumuladas 120.206 millas aéreas, el equivalente a cinco vueltas completas alrededor del mundo.
El peor mes en ese sentido fue junio. Durante el mes pasado, Milei se la pasó literalmente de viaje. Recorrió más de 36 mil millas en varias escalas sucesivas:
- El primer día de junio voló desde San Francisco, EEUU, adonde había llegado para dar una conferencia en la Universidad de Stanford, hacia El Salvador. En ese país mantuvo una reunión privada con su par Nayib Bukele, luego de la ceremonia de investidura presidencial. Regresó a Buenos Aires al día siguiente.
- El 13 de ese mismo mes aterrizó en Apuria, Italia, para participar de la cumbre del G-7. Se entrevistó con su par Giorgia Meloni. Dos días más tarde, llegó a Suiza para participar de la Cumbre de la Paz e inmiscuírse en el conflicto entre Ucrania y Rusia, foto de apoyo a Volodomir Zelensky mediante. Regresó al país el día 16.
- Entre el 21 y el 25 del mismo mes recorrió cuatro ciudades europeas más: Madrid (por segunda vez), Hamburgo y Berlín (Alemania) y finalmente Praga (República Checa). Fue un viaje plagado de figuritas, medallitas y diplomas: en España le dieron el premio Juan de Mariana (que años atrás había ganado el también libertario Bertie Benegas Lynch) y la Medalla internacional de Madrid, que le entregó en mano la presidenta comunal, Isabel Díaz Ayuso; mientras que en Hamburgo fue condecorado con la Medalla Hayek, que lleva ese nombre en referencia al Nobel de economía de 1974.
La que encara este fin de semana en Brasil es la décima gira presidencial. Milei podría haber estado en Paraguay, para la Cumbre del Mercosur, pero prefirió en cambio mojarle la oreja a Lula Da Silvia y participar por segunda vez como orador en una nueva Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) –la primera había sido en Washington, a fines de febrero–. En Camboriú se vió con la familia Bolsonaro, lo que confirma una vez más las preferencias del Presidente a la hora de salir del país.
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