El vocero presidencial, Manuel Adorni, descartó este lunes la posibilidad de aplicar sanciones contra la ministra de Relaciones Exteriores, Culto y Comercio Internacional, Diana Mondino, quien el viernes reconoció en un tuit el triunfo del opositor Edmundo González en las elecciones en Venezuela, mensaje que -en lo que pareció un paso de comedia– luego fue desmentido por un comunicado de Cancillería Argentina.
En su habitual conferencia de prensa, Adorni aseguró ante la consulta de un periodista que el tuit en el que Mondino señalaba a González como “el legítimo ganador y Presidente electo” no afectó la relación entre el mandatario y la ministra.
“No hay mucho para decir. La postura del Gobierno es la del comunicado”, añadió el vocero, en referencia al documento publicado por el Palacio San Martín que aseguraba -contradiciendo a su propia titular- que la Argentina “sigue con extrema atención y preocupación los acontecimientos en Venezuela a fin de pronunciarse en forma definitiva”.
En un intento por justificar el traspié de la funcionaria, la administración libertaria explicó que Mondino tuiteó “desde el sentido común” y debido a que su mensaje “se malinterpretó” desde Cancillería salieron a aclarar la postura del Gobierno.
“No se expresó desde una posición oficial, por eso usó su cuenta personal”, fue la curiosa afirmación al respecto.
La pregunta a Adorni sobre posibles sanciones a Mondino llegó luego de un fin de semana de rumores que aseguraban que se adelantó en su postura y actuó sin consultar, algo que generó malestar en las altas esfera de la administración libertaria, que negocia la seguridad de los seis opositores asilados en la Embajada Argentina en Venezuela, hoy bajo tutela de Brasil.
El historial de Mondino
La Ministra fue acumulando en estos meses una serie de bochornos diplomáticos que la pusieron en el centro de la agenda en varias ocasiones. Por ejemplo cuando, luego de su paso por China, afirmó que “los chinos son todos iguales”. En febrero, en tanto, mientras el ministro de Economía Luis Caputo intentaba destrabar las negociaciones por el Swap con China, la Canciller disparó: “Lo que nosotros vamos a hacer es lo que siempre dijimos. Ni con China ni con ningún otro país vamos a tener estos tratados comerciales de Estado a Estado. Las empresas privadas que hagan todo lo que quieran, como puedan, dentro de las reglas de nuestro país y en aquel país en el cual estén haciendo negocios”.
Antes de ser Ministra, incluso, también acumuló frases y dichos polémicos como cuando comparó el matrimonio igualitario con “tener piojos”, dijo que “el mercado de órganos es algo fantástico”, o afirmó que los kelpers “tienen los mismos derechos que cualquier argentino, negar eso es ridículo”. En campaña, además, había descalificado a su antecesor en el cargo, Santiago Cafiero: “Yo me baño y hablo inglés”, dijo.
Sin embargo, lo que hasta ahora más molestó al Presidente y su hermana Karina fue lo que ocurrió a principios de junio, cuando el mandatario iba a participar de un evento en la Mezquita-Centro Cultural Islámico de Palermo, un complejo religioso comunitario musulmán, pero al enterarse de que estaba allí el encargado de negocios de la Autoridad Nacional Palestina, Alhalabi M. A. Riyad, decidió pegar la vuelta y dejar esperando a más de 20 embajadores.
Sucede que el mandatario tiene un alineamiento incondicional con Israel y hasta designó como embajador a su consejero espiritual, el rabino Axel Wahnish. La “culpa” o responsabilidad por la organización de ese evento en el que había autoridades palestinas, y el no aviso al mandatario, fue entonces atribuida a Mondino y al secretario de Culto, Francisco Sánchez.
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