Luego de encontrarle el resquicio a la UCR para doblegar la postura de varios diputados en favor del oficialismo, el presidente Javier Milei encabezó en la Casa Rosada una reunión con senadores para ver si la taba cae del mismo lado y consigue apoyos en los temas sensibles que podría perder en esa cámara. El esfuerzo del oficialismo por escudarse es tal que del convite participó la vicepresidenta Victoria Villarruel, enemiga íntima de la mesa chica liberal.
La reunión tuvo lugar esta mañana desde temprano y de ella participaron los senadores Alejandro Vischi (UCR), Luis Juez (PRO), Carlos “Camau” Espínola (Unidad Federal), Juan Carlos Romero (Cambio Federal) y Ezequiel Atauche (LLA). También fueron de la partida Lucila Crexell (Comunidad Neuquén) y Beatríz Ávila (Por la Justicia Social).
La presencia de Romero y Juez era más que previsible por tratarse de legisladores que en más de una oportunidad salieron a defender públicamente al presidente Milei. Lo de Vischi tampoco l lamó la atención por tratarse de un radical. La relativa sorpresa fue la exposición pública a la que se prestaron Camau Espínola, quien luego de haber hecho campaña por Sergio Massa en 2023 se entregó a los brazos liberales desde la jugada que terminó en apoyo a la sanción de la Ley Bases.
El mismo asombro generó la presencia de Lucila Crexell tras quedar salpicada en el escándalo que la vinculó a un nombramiento como representante de la Argentina ante a la Unesco con la condición de su apoyo a la Ley Bases.
Frente a ellos, el Presidente puso sobre la mesa la necesidad de encontrarle una salida positiva para su Gobierno a las medidas que se debatirán la víspera: rechazo al DNU que otorga fondos millonarios a la SIDE, incremento en el presupuesto universitario y la Boleta Única de Papel (BUP).
Los esfuerzos de persuasión del Gobierno fueron tales que al convite fue llevado el jefe de Gabinete, Guillemos Francos, apenas horas después de haber sido dado de alta por una afección gastrointestinal que le generó una lipotimia que lo tuvo internado durante un par de días.
Ni que hablar del esfuerzo de hacerle un lugar en la mesa a Villarruel, protagonista de una de las pelea internas más densas que atraviesa el gobierno de La Libertad Avanza (LLA). La tensión entre la vicepresidenta y Milei es tal que la titular del Senado no asiste a las reuniones de Gabinete y no tiene diálogo con el jefe de Estado.
Al lado de Francos estuvo también la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien como comandante de la represión y representante de un sector del PRO en el Gobierno fue especialmente invitada para enriquecer los argumentos aliancistas en pos de una negociación favorable.
El encuentro se enmarcó en la serie de conversaciones que el Gobierno promueve para que los dirigentes de la oposición más permeable cierren filas con el oficialismo en asuntos innegociables con el resto de los espacios políticos.
También para comenzar a estrechar vínculos personales con los legisladores más cercanos, modificar estrategias de seducción política y, claro está, evitar nuevas derrotas en el Congreso.
El oficialismo ya lo logró con los diputados del radicalismo que decidieron revertir su posición original de apoyo a un aumento de jubilaciones por otro similar pero a favor del veto presidencial que las eliminó.
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