Todo lo que se viene diciendo sobre el mexicano Saúl “Canelo” Alvarez hay que volver a decirlo. Porque sigue siendo la mayor maquinaria de hacer dinero que tiene el boxeo mundial. Porque gana pero no noquea ni deslumbra. Y porque al cabo de cada una de sus peleas, sus vencidos terminan jerarquizados. Acaso solo porque pueden enfrentarlo de igual a igual y terminar de pie.
En la madrugada del domingo en el T Mobile Arena de Las Vegas y ante 20.312 espectadores pagantes, el pelirrojo campeón de los supermedianos para el Consejo, la Asociación y la Organización Mundial retuvo su triple corona (la Federación decidió desconocerlo) al vencer por puntos en fallo unánime al puertorriqueño Edgar Berlanga. Fue la quinta victoria consecutiva por decisión de Alvarez (75,636 kilos), que en el 3º round derribó a Berlanga (75,976) con una poderosa izquierda en gancho a la cabeza. Pero que después nunca estuvo en trance de poder ganar por fuera de combate. Ni siquiera de conmover a su rival.
No es que Canelo haya perdido súbitamente el poder de su pegada. Pero quedó claro que esta resultó insuficiente para sacudir a Berlanga, que subió al ring con una rehidratación que le permitió sumar casi siete kilos a los de su pesaje oficial del viernes. Mas voluminoso a simple vista que el tricampeón azteca, el puertorriqueño encontró allí (y también en un buen entrenamiento en las montañas del Estado de Colorado) la fortaleza que necesitaba para soportarle la mano y pelearlo de igual a igual. 18 a 1 en las apuestas de los casinos de la capital del Estado de Nevada, para la cátedra boxística, Berlanga era candidato a una derrota por la vía rápida porque, a pesar del invicto ahora interrumpido de 21 peleas con 17 triunfos antes del límite, no se lo percibía con entidad como para enfrentar a un boxeador de la talla de Alvarez.
Pero Berlanga soportó bien el ritmo del combate y los mazazos del campeón. Y hasta llegó a marcarle el pómulo izquierdo con el pistoneo de su zurda. En la tarjeta de Página/12, Alvarez ganó por cinco puntos de diferencia (116/111) porque colocó los golpes mas nítidos de la noche. Pero Berlanga se adjudicó cuatro vueltas (2º, 5º, 7º y 12º). Y, como le sucedió en mayo al mexicano Jaime Munguía, descendió del ring sin nada para reprocharle. Seguramente, lo seguirán llamando para otras grandes carteleras.
Canelo, entretanto, bajó la cortina de un año en el que no pudo noquear pero siguió facturando a lo grande y volverá en mayo próximo. Dónde, con quién y por cuánto será motivo de febriles negociaciones que tal vez hayan comenzado un minuto después de que sonó el último campanazo en Las Vegas.
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