Suspendidos hasta nuevo aviso. Así quedaron los diputados radicales que votaron contra los jubilados y que se sacaron una foto con Javier Milei. Antes de que el presidente los agasaje con un asado como “héroes”, la Convención Nacional de la UCR decidió por amplia mayoría (todos menos el sector de Alfredo Cornejo) suspender preventivamente a los diputados y enviar el caso al Tribunal de Ética, que deberá definir qué sanción final les corresponde. La decisión fue defendida por la conducción de la Convención, encabezada por Gastón Manes y Hernán Rossi, que se cruzaron con el ministro de Defensa, Luis Petri, y con el cornejismo. Las internas en la UCR solo acaban de empezar. Al que no le gustó nada la decisión fue al gobernador de Mendoza, cada vez más alineado con Milei. “La política de mayorías populares no es para sectas, ni se hace con purgas. La UCR no es una agrupación universitaria, es un partido nacional. Esta decisión está mal”, disparó.
Como adelantó este diario, la Convención nacional suspendió a Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat, Pablo Cervi en sus afiliaciones al partido. El quinto diputado, José Tournier, no fue suspendido porque no se encuentra formalmente afiliado, pese a que forma parte del bloque de la UCR. La Convención inició el camino formal para sancionarlos: envió el caso al Tribunal de Etica. Este tiene que dar un veredicto (por ejemplo, la expulsión que piden algunos sectores). Ese veredicto luego debe ser confirmado en una reunión de la Convención nacional, por lo que el proceso tomará tiempo.
Otros dos diputados que quedaron en la mira de la Convención fueron Roxana Reyes y Gerardo Cipolini: ellos no cambiaron su voto, pero se ausentaron convenientemente para Milei. Sus casos fueron elevados al Tribunal de Ética junto con el resto, aunque no fueron suspendidos.
La votación para tomar estas decisiones salió 11 a 1. El que votó en contra fue el convencional por Mendoza Andrés Lombardi, que responde al gobernador Cornejo, cercano al oficialismo. De hecho, el cornejismo salió rápidamente a criticar la decisión: “Presidir la Unión Cívica Radical debería tratarse de escuchar la voluntad de la sociedad, construir consensos y comprender realidades territoriales, no utilizar una conducción transitoria y débil para imponer un pensamiento disfrazado de verdad absoluta“, escribió la diputada mendocina Pamela Verasay.
La resolución de la Convención advierte que “al tratarse el veto presidencial, cuatro Diputados Nacionales afiliados a la Unión Cívica Radical e integrantes de nuestro Bloque se apartaron de lo que ellos mismos habían sostenido en la primera votación y acompañaron el veto presidencial, incurriendo en una grave inconducta partidaria, y generando un grave daño a la credibilidad y honor de nuestro partido. Aún más graves fueron los argumentos esgrimidos durante la sesión y en los medios de comunicación, en el sentido de que se habían equivocado en los cálculos, y que su brusco cambio de opinión se fundaba en la necesidad de garantizar el equilibrio fiscal”.
Ahora deberán pasar por el Tribunal de Ética del partido el cual tiene tres integrantes: Alicia Tate de la provincia de Santa Fe, Juan Pedro Tunessi de Buenos Aires y Ricardo Barrios Arrechea de Misiones. Ellos definirán la acción final.
La Convención, además de tomar esta decisión, le solicitó al presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau, y al del bloque de Diputados, Rodrigo de Loredo que establezcan “una mesa de diálogo donde se busquen unificar criterios”, a la que deben convocar a los gobernadores de la UCR, además. Este punto tiene como objetivo no seguir perdiendo bancas ni seguir haciendo papelones en público.
De Loredo ya se había mostrado molesto con el proceso de sanción y le había apuntado a Lousteau: “Creo que es errático el rumbo que le da a la conducción del partido, que excede ampliamente la figura de la Ciudad de Buenos Aires”, dijo. La encargada de devolver gentilezas fue la diputada Carla Carrizo, que dejó entrever que podría cambiar la jefatura del bloque. “Puede haber un reacomodamiento. En radicalismo todo se discute y el poder es súper volátil”, dijo ella.
En la disputa entre radicales buscó meterse también Petri, actual ministro de Defensa de Milei. “Los que hoy piden expulsiones (como Lousteau) perdieron la interna.
Representamos a los millones de afiliados y simpatizantes radicales que
le dijeron basta al populismo y a la decadencia argentina y que
reconocieron en Javier Milei la única posibilidad de salir del
atolladero fracaso”, dijo el funcionario nacional, quien remarcó que “no son dueños de la UCR”.
Le contestó Hernán Rossi, uno de los que está al frente de la Convención con una pequeña lección de historia en torno al asado que planea Milei: “Ministro, usted recordará que la chispa que provocó la Revolución de 1890 fue el indecoroso banquete ofrecido a Juárez Celman por parte de un sector de la juventud. Me recuerda usted mucho a esos jóvenes”, le dijo. “Tampoco se le escapará que el radicalismo surgiría un año más tarde, ante la defección de Mitre, demasiado ocupado en sus propias aspiraciones: salvando distancias, algo similar a lo que hizo usted al aceptar ser ministro de un gobierno que no es el gobierno del partido“, le enrostró.
Y siguió Rossi: “El que se creyó, y se cree, dueño del radicalismo es usted, al intentar ofrecérselo en bandeja al presidente de turno, a cambio de un cargo”. Y sostuvo que las sanciones se darán para que cuando cualquiera vea “pasar a un radical, sepa cómo será su comportamiento ante temas como la educación, los jubilados, los trabajadores. Lo haremos por nuestra identidad. Mientras tanto usted puede disfrutar de los sillones del poder. Eso sí, tenga el decoro de no hacerlo en nuestro nombre. No en nombre de la Unión Cívica Radical”.
Esta interna continuará…
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