16/10/2024

Daniela Calarco: “Con ciertos cuidados, seguiremos estando en la calle” | Entrevista tras más de dos meses de detención por las Bases



Se reconoce como una ex presa política. “Desde el momento en que nos persiguieron y acusaron de terroristas por estar contra el gobierno, a todos nos convirtieron en presos políticos”. Daniela Calarco llega al comedor del MTR Votamos Luchar por el Cambio Social de Pompeya, pegado al puente Ezequiel Demonty, mientras se alejan las últimas personas que vinieron a buscar su vianda. Antes de sentarse a conversar con PáginaI12 cuenta que viene de buscar al hijo de una compañera en el colegio, porque ella tuvo que viajar. Calarco está acusada del intento de incendio de las bicicletas de la Ciudad de plaza Congreso, que no llegaron a prenderse fuego. “Quiero agradecer a quienes estuvieron y siguen estando, el arco de solidaridad de organizaciones y familiares fue enorme, y eso es esencial para que no nos sigan metiendo miedo, es cierto que si vas a levantar la cabeza contra este gobierno podés ir preso, pero más miedo da mirar a tu pibe a los ojos y decirle que no tenés para comer”, dirá al final de la charla. “Esto es un corte y pegue de los años noventa, sabemos como terminó ese proceso, hay que frenarlo antes”, sintetizará.

Daniela Patricia Calarco Arredondo empezó a militar en su barrio, Hipódromo, a pocos kilómetros de la Laguna y la Sierra de los Padres, muy cerca del cordón frutihortícola de Mar del Plata. Fue en las asambleas que convocaba el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) contra las fumigaciones de las plantaciones de soja. Trabajó como camarera en más de un empleo a la vez, y tuvo que dejar los estudios de Psicología. La semana pasada cumplió 40 años y vive con su pareja, Emilia “Coca” Manasa, también del MTR. Entró en el exMinisterio de Desarrollo Social antes de la pandemia, en la secretaría de Economía Social. “Éramos el vínculo entre los convenios del ministerio y las organizaciones, por eso me indigna lo que se dijo ahora, hacíamos el acompañamiento explicando cómo hacer las compras, las facturas, las rendiciones, peso que entraba peso que se rendía, gente que jamás hizo ese trabajo dijo cantidad de mentiras”, dice. 

— Esa secretaría fue arrasada. ¿Cuál piensa que fue el motivo?

— Ajuste, nada más. El 11 de diciembre nos sacaron del territorio para hacer trabajo de oficina sin darnos funciones. Nos convirtieron en ñoquis para poder echarnos, en la tanda de marzo fuimos 20 mil despedidos, y hoy el Ministerio no puede cumplir su tarea. Desde Nación no mandaron nunca más comida a los comedores, algunos municipios y provincias dan algo de asistencia. Solamente entregó el alimento que se judicializó porque las propias organizaciones denunciamos que ya lo tenían. Las organizaciones siempre decimos que nunca tuvimos la intención de ser intermediarios, nos puso el Estado en ese lugar porque sabe que no llegan a cubrir el territorio. Estamos en barrios y pueblos que Milei no sabría ubicar en el mapa. Nuestro principal reclamo es por trabajo genuino, que cada familia tenga para comer en su casa.

— ¿Cómo sobreviven ahora los comedores?

— Con muchísima solidaridad de los comercios vecinos; éste recibe de CABA algo de productos frescos, y algo de provincia. Pero no alcanza porque aumentó mucho la demanda, vienen como el doble de personas. Las compañeras y compañeras patean todo el barrio mendigando a los almaceneros, a los verduleros. Antes aumentaba la demanda hacia fin de mes, hoy crece todo el tiempo. Vienen laburantes con ropa de trabajo a buscar la cena, y muchísimos jubilados.

Marcha y detención


— ¿Cómo fue tu día el 12 de junio?

— Empezó como una jornada normal de marcha, preparando la mochila y el mate. El clima estaba enrarecido desde temprano, el despliegue policial era inaudito. No éramos tres loquitos. Si necesitás militarizar de esa forma el Congreso es porque no estás aprobando nada bueno para los que estamos afuera. Había mucha prepotencia de la policía, todo el tiempo intentando provocar. Después de las 2 o 3 de la tarde empezó la represión bestial. Las columnas salimos todas por Avenida de Mayo. Apuntaban a la cabeza con los gases y las balas de goma, ensañados para hacer daño, a todos nos detuvieron lejos del Congreso, estaba armado así, desconcentramos por donde nos obligó la Policía Federal, por 9 de Julio hacia Constitución, no podías ir para otro lado. Ahí nos empiezan a perseguir, tirando y agarrando gente al voleo.

— ¿Cómo fue tu detención?

— Sigo denunciando que fue un policía de civil, me corrió y se me tiró encima, con un testigo muy particular. Me rodearon de motos como si fuera Bin Laden, todos varones, me tuvieron 40 minutos tirada en el piso. El testigo daba instrucciones sobre cómo hacer las actas, me increpó, yo tenía un libro sobre la ESMA y el tipo de manera prepotente me decía que le explicara qué era lo que estaba leyendo. Cuando vio una pechera y un llaverito del MTR dijo ‘ah bueno, tenés todo el merchandising, se ve que estás bien organizada’. Todo muy raro. Nunca me dijeron por qué me detenían. Hicieron varias actas que no coinciden entre sí, y me faltaron cosas que me secuestraron. La misma jueza denunció que le llegaron actas en blanco, así de irregular.

— ¿Fue al voleo o te habían marcado?

— En la causa consta que me estaban siguiendo con cámaras. Por eso denunciamos que fue una persecución política, no es casualidad haber estado dos meses y medio cuando podría haber salido junto con las demás chicas. Sigo procesada por daños e incendio, pero no me daban la libertad porque según ellos por mi condición iba a entorpecer la causa, sin decir cuál era esa condición, más allá de estar organizada políticamente.

La estadía en la prisión

— ¿Fue peor la detención en CABA que en el penal de Ezeiza?

— Sí. Nos pasearon por varias comisarías, por toda la ciudad. Cuando llegamos a Chacarita tampoco tenían lugar, nos tuvieron desde las 7 de la tarde hasta la mañana del otro día esposadas en la camioneta. No dejaban entrar a los abogados de las compañeras. Nos tuvieron dos días en un pasillo, en un edificio sin agua. Luego pasamos todo el viernes en Comodoro Py, sin comida porque la policía se quedó con todo lo que nos trajeron nuestros familiares. No teníamos idea que nos iban a llevar a un penal federal de máxima seguridad. Ni siquiera quienes militamos hace tiempo le encontrábamos lógica. Después que liberaron a las chicas me volvieron a llevar a Py, de madrugada, sin decirme para qué, no me dejaron hablar con mi abogado. Dos mujeres de la alcaidía me trajeron un papel con el nombre de un abogado que quería ser mi representante. Estaba re mal, tenía hambre y frío. Tenían el acta lista para que firmara. Mientras tanto, mi abogado Daniel Vázquez me fue a ver a Ezeiza, y como tampoco le decían nada amenazó con pedir un habeas corpus. Fue un día muy angustiante, sin saber para qué estaba ahí. Fue un intento de romperme psicológicamente porque era la única que quedaba con defensa de organismos de derechos humanos.

— ¿Le dijeron algo más? 

— Las que trajeron en papel tiraron sutilmente que quizás me quería ofrecer algún beneficio si hablaba con él, un juicio abreviado o una probation, lo mencionaron como si se les ocurriera a ellas. Le pasé el nombre de ese abogado al mío.

— ¿Qué fue lo más duro que tuvo que soportar?

— A mí me costó mucho el encierro porque mi vida transcurre en la calle, por la militancia estoy en los barrios, en asambleas con las compañeras, en marchas. Le cuido los chicos a algunas. Traté de mantenerme fuerte porque veía todo lo que se había armado afuera, el acompañamiento que hubo, eso me mantenía muy tranquila. Los compañeros me llamaban para bancarme. Y se tejieron redes de solidaridad muy fuertes. Fue muy molesto también la cantidad de veces que nos interrogaban, en una nos sentaron en una mesa, mientras esperábamos estuvimos en un aula que tenía un pizarrón donde habían escrito ‘ahora que están presas se acuerdan de Dios y de sus hijos, ya van a ver politiqueras baratas’. Mensajito de bienvenida. Todo el tiempo preguntaban a qué organización pertenecías, algo que después supe que no pueden preguntar. 

–¿Cómo era el lugar donde estuvo presa?

–Era el módulo de admisión, tenía celdas muy pequeñas con las camas y un espacio común para cocinar. Se cuidaban bastante en el trato porque los organismos de derechos humanos estaban todo el tiempo monitoreando, las compañeras y compañeros de la APDH sacaron un permiso especial para venir a verme. Como la causa se había hecho pública estaba en lo que llaman el sistema de resguardo, así que cada vez que me sacaban me seguía una guardia que me seguía con una cámara, muy molesto. Luego trajeron a alguien mucho más mediática que yo, la tía de Loan. Aproveché a leer mucho, no había mucho para hacer.

El día después

— Apenas salió en libertad fue a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo. ¿Quiso dar un mensaje a favor de la movilización?

— No lo pensé así, después un montón de gente me lo dijo. Me contaron que en todas las rondas se pedía por mi libertad, fue mi forma de agradecer eso. Para quienes nos organizamos, las Madres y las Abuelas son un faro, ellas siguen estando, una no puede ser menos. No puede quedar en una foto con Norita en el estado de WhatsApp, tenemos que aprender todo lo que nos dejaron. Fue más un mensaje para mí misma, voy a seguir estando en la calle, no me van a doblegar. Lo mismo me pasó con los Jubilados Insurgentes, que pidieron también por mí, así que el primer miércoles fui a agradecer. Con ciertos cuidados, seguiremos estando, lo mismo piensan los chicos y chicas de la coordinadora por la libertad de los presos que se armó. En el proceso horrible que fue estar presa esto fue una victoria, 33 personas que no nos conocíamos terminamos siendo un grupo que sigue dándose fuerzas entre sí, nos bancamos entre nosotros. Les salió el tiro por la culata, donde no había les salió una organización. 

–¿Cómo sigue esto?

–Vamos a seguir exigiendo que se caigan las causas, nuestros desprocesamientos, seguimos denunciando el circo judicial que armaron. De los primeros días de Milei, Bullrich, Adorni y la vicepresidenta diciéndo que éramos terroristas y golpistas no pudieron sostener nada. Los que quedamos procesados son por cosas menores como resistencia a la autoridad o daños. Vamos a estar para los que vengan después porque este gobierno va a seguir reprimiendo y metiendo gente en cana. 

— Para quienes no lo saben, ¿quién fue Teresa Rodríguez?

– -Fue una vecina, ama de casa de 24 años, que fue asesinada en la represión con balas de plomo a una pueblada contra las privatizaciones en Cutral Có, el 12 de abril de 1997. Exigían la reapertura de la planta de YPF. Mar del Plata nunca salió de los tres primeros puestos en desocupación del país, ahí se empezaba a gestar el movimiento piquetero con el compañero Chacho Berrozpe, que ya no está entre nosotros, uno de los fundadores de nuestro movimiento. En ese momento era una asamblea de vecinos que había hecho el primer corte de ruta en la provincia de Buenos Aires, y en honor a Teresa Rodríguez deciden ponerle su nombre a esa organización que nacía.



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