La Inteligencia Artificial que se inmiscuye en las economías de los países y es promovida con muchísimo capital por las grandes corporaciones, cada vez tiene más participación en la vida cotidiana. Tanto que, en el futuro inmediato, gracias a la IA e internet de las cosas, podrían modificarse las formas de habitar los espacios y las casas de antaño ser reemplazadas por las denominadas “casas inteligentes”.
Hablamos de luces que se apagan cuando las personas no están para evitar un gasto de energía innecesario, sensores que identifican accidentes, electrodomésticos que cumplen órdenes de manera remota, cámaras que lo vigilan todo y notifican imprevistos. Eficiencia y seguridad parecen ser los mandatos de este tiempo y las innovaciones del siglo XXI surgen para satisfacer los anhelos futuristas del mercado. Bajo el manto del relato tecnófilo todo parece relucir. Sin embargo, ¿cuáles son realmente sus principales ventajas y desventajas?
Los supersónicos
El mundo que se adelantaba en ficciones animadas como Los Supersónicos comienza a cumplirse en la actualidad. Aquella serie de principios de los ’60 mostraba a una familia que habitaba el planeta en 2062. La familia Sónico se paseaba en naves espaciales y en su casa tenía toda clase de tecnologías que se activaban mediante la voz de sus usuarios. Seis décadas después de la primera emisión, aspiradoras, cocinas, heladeras, aires y televisores reciben el bautismo de “inteligentes” gracias a que realizan actividades con aparente autonomía y sincronizan su funcionamiento para brindar, a priori, una vida más confortable a sus usuarios-habitantes.
Emmanuel Iarussi, investigador del Conicet en el Laboratorio de IA de la Universidad Torcuato Di Tella, ilumina un aspecto positivo a Página/12. “La principal ventaja de la automatización en los hogares, más allá de la comodidad, es la eficiencia que se puede lograr en los consumos de energía ajustando la climatización según la presencia de personas, o apagando y prendiendo las luces solamente cuando son necesarias. Si bien hay otros beneficios importantes como el ahorro de tiempo o la mejora en la accesibilidad para personas con discapacidad, creo que el impacto masivo puede venir de la mano de la eficiencia energética”.
Marcela Pallero, especialista en ciberseguridad de la Fundación Sadosky, por su parte, advierte las desventajas. “En Argentina hay usuarios que han incorporado a sus casas dispositivos conectados a internet, sobre todo, la gente más joven a la que le gusta la automatización. Una de las cuestiones más sensibles son las cámaras de vigilancia, que son las que se suelen incorporar para tener un control remoto sobre lo que está sucediendo en las casas. También, habrá que prestar atención a las configuraciones y actualizaciones de los dispositivos. Muchas veces, cuando los fabricantes quiebran, las tecnologías se quedan sin soporte y sin funcionalidad”.
Capacidades y riesgos
En el presente existen heladeras con la capacidad de identificar todos los productos que contiene y proponer platos que se puedan elaborar a partir de esos insumos. De aquí que pensar en qué comer ya no será una actividad demandante para aquellas personas que no se llevan demasiado bien con la cocina. Samsung presentó la propia durante la Feria N° 100 de IFA (Internationale Funkausstellung Berlin) celebrada en Alemania hace días. Asistieron 180 mil personas y las firmas tech más influyentes mostraron al público sus avances e innovaciones. A lo largo de sus 100 años el evento fue escenario de presentaciones emblemáticas como la primera consola de videojuego portátil (Game Boy); el primer reproductor de CD (CD-100 de Sony) y los primeros smartphones.
En esta ocasión se presentaron lava y secarropas que, por su cuenta, son capaces de detectar cuántas prendas fueron colocadas en el tambor y cuán sucias están para recomendar el lavado más acorde. Están las populares aspiradoras que disponen de sensores y les permiten limpiar de manera autónoma sin la necesidad de un usuario que controle el proceso. Incluso, según se advirtió, hasta la propia mesada de la cocina podría convertirse en una superficie que brinda energía a cualquier electrodoméstico sin la necesidad de conectar ningún cable. Así es como internet de las cosas se expande en los hogares: un proceso que ya comenzó a vislumbrarse a partir de la irrupción de asistentes inteligentes que funcionan como parlantes y que brindan, conforme pasa el tiempo, una estética capaz de embellecer cualquier living. La serie de productos Alexa es un ejemplo.
Como siempre, uno de los problemas que los expertos en la temática suelen atender es qué sucede con la privacidad y los datos. Tener electrodomésticos inteligentes conectados entre sí, ¿es necesariamente bueno para la familia? Pallero apunta: “Parece algo atractivo, futurista. Esta idea de que solo con la voz podamos prender y apagar las luces, que la licuadora se active cuando queremos y demás. Lo cierto es que trae muchos riesgos de seguridad y privacidad. De hecho, hay ejemplos que señalan cómo detrás de los dispositivos IOT (internet de las cosas) puede haber redes que realizan ataques de denegación de servicios a grandes empresas”.
La especialista agrega que “otro problema pueden ser las filtraciones que podrían perjudicar a los dispositivos que tienen sensores. Me refiero a la extracción de información que puede ser realizada por algún atacante y aprovechada para espiar. Lo mismo, la debilidad de las contraseñas que vienen por defecto en los dispositivos”. A fines de abril, Reino Unido sancionó una ley para que los dispositivos conectados a internet no salgan con contraseñas por defecto y que el cambio sea obligatorio apenas los usuarios adquieren el producto.
Iarussi matiza el punto de vista de Pallero y suma complejidad al asunto: “Con los dispositivos conectados a internet siempre hay riesgos de quedar expuestos a ataques. De todos modos, me parece que el riesgo está muy atado al tipo de dispositivo”. Luego sigue: “No me queda claro cómo alguien podría aprovechar un acceso indebido a los datos de mi lavarropas porque no hay nada muy sensible en una rutina de lavado. Algo muy diferente son las cámaras de seguridad, que sí manejan información mucho más sensible. Un ataque a esos dispositivos podría dar acceso a imágenes o grabaciones privadas que comprometan nuestra privacidad y la seguridad del hogar.
Lo que reluce y lo grotesco
El optimismo tecnológico descansa en la creación continua de innovaciones. Ahora bien, la apropiación de estas tecnologías por parte de países como Argentina es otra cosa. Sobre ello, Iarussi ofrece su punto de vista: “Las marcas todavía lo utilizan como un distintivo de sus productos tope de gama y nos venden algunas de esas características más avanzadas como un plus de exclusividad. Con otros productos como los tv smart, el cambio fue rapidísimo porque estuvo muy empujado por la industria de las plataformas de streaming, que prácticamente nos obligaron a adoptar esta tecnología para poder acceder a los contenidos. En el caso de otros electrodomésticos como heladeras o lavarropas, no parece haber un motor de cambio tan claro”.
A veces el optimismo tecnológico parece grotesco. Sobre todo, si se habla de mundos futuristas cuando el presente de las naciones periféricas está marcado por una profunda desigualdad. Sin embargo, en el capitalismo contemporáneo todo entra: hay casas inteligentes y mucha gente durmiendo en las calles.
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