Los hermanos Germán y Sebastián Kiczka ya no son los únicos detenidos de alto perfil en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul: el viernes pasado quedó detenido Ramón Amarilla, el subcomisario mayor retirado que había alcanzado notoriedad pública en mayo pasado, cuando fungió de portavoz principal del acampe policial que reclamaba mejoras salariales al gobierno provincial y colocó a Misiones en el centro de la atención periodística nacional durante varias semanas.
Si bien la detención de Amarilla nada tiene que ver con la causa de los hermanos Kiczka, la presencia de los tres en un mismo presidio vuelve a poner sobre la mesa un rumor que había circulado muy fuerte durante aquel aciago mayo que llenó Misiones de móviles en vivo y transmisiones minuto a minuto para todo el país: según distintos portavoces del oficialismo provincial, los policías en pie de protesta contaban con el apoyo solapado del Puertismo, uno de los principales espacios políticos que buscan pulsear con el Rovirismo y el gobierno del Frente Renovador de las Concordia, y cuyos principales arietes en la función pública no eran otros que los diputados provinciales Pedro Puerta y Germán Kiczka del partido libertario Activar.
La reciente captura de Amarilla es parte de una causa iniciada el lunes pasado por el Juzgado de Instrucción Tres de Posadas, tras una información brindada por un uniformado misionero, quien alertó a la Justicia sobre el intento de levantamiento de varios compañeros suyos. Los policías planeaban una serie de acciones entre las que se contemplaba la toma de la Jefatura de Policía y una marcha hacia la casa del exgobernador y jefe político del oficialismo Carlos Rovira.
En consecuencia, el lunes fue detenido Daniel Correa, oficial ayudante a quien, además, se le secuestró el teléfono. En su celular fue hallado un grupo de WhatsApp con el llamativo título “Solo cola”, en el que varios uniformados proponían generar un incendio de malezas a la altura del Parque de la Ciudad, al oeste de Posadas, para lograr de ese modo la presencia de camiones de bomberos que luego serían secuestrados por los policías en pie de protesta.
En el transcurso de la semana fueron detenidos siete efectivos, todos ellos acusados de “Intento de sedición y conspiración”, y varios de ellos a su vez investigados por las protestas de mayo que habían incluido un extenso corte de la calle Uruguay frente al Comando Radioeléctrico de Posadas y la toma de varios vehículos policiales.
Ramón Amarilla es el octavo, aunque a diferencia de todos los demás, no goza con el privilegio de permanecer en alguna de las seccionales posadeñas, sino que fue trasladado a Cerro Azul, una cárcel de mediana seguridad a 80 kilómetros de la capital provincial. La decisión sorprendió a todos, pero especialmente a Amarilla, quien supo que irían a detenerlo (lo hizo saber en distintos estados de WhatsApp) y por eso mismo decidió ponerse a disposición de la Justicia. Así se produjo una situación curiosa: sus colegas fueron a su domicilio en dos vehículos oficiales para notificarle de la detención, aunque el subcomisario mayor retirado ya no estaba allí, sino que se encontraba dirigiéndose por su propia cuenta a la Jefatura de Policía de Posadas.
Así las cosas, desde la Jefatura fue enviado ya en un patrullero a la Comisaría Segunda, aunque el viernes Amarilla se desayunó con la noticia del traslado a Cerro Azul, unidad penal mencionada especialmente en las últimas semanas por alojar a Germán y Sebastián Kiczka después de haberse dado a la fuga mientras eran buscados por consumo y circulación de material de abuso sexual infantil.
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