–El gobierno decidió avanzar con la privatización de Aerolíneas y lo eligió a usted como el enemigo a vencer. ¿Por qué?
–A lo largo de mi vida sindical desarrollé un perfil contestatario. Vengo de una familia de pilotos y tengo un profundo sentido de pertenencia al grupo y para quebrar un colectivo tan fuerte como el nuestro hace falta quebrar el líder. El equipo que conduzco desde hace muchísimos años sostiene que la aviación está integrada por una familia. Entonces el maletero, el tripulante, el técnico, el de plancha es parte de mi familia, de nuestra familia. Y por eso para quebrarnos están usando hasta la justicia penal contra mi. Ya lo dije varias veces: yo solo voy a dejar de defender a Aerolíneas Argentinas y a mis compañeros el día que deje de respirar. Acá no nos rendimos, todos somos Aerolíneas.
–¿Por qué insisten con Aerolíneas cuando la anterior experiencia fue un desastre?
–Aerolíneas es una referencia absoluta en cuanto estándares de seguridad de regularidad operativos de servicio al pasajero, con una flota nueva y eficiente una red de estabilizada con trabajadores muy profesionales. Entonces para avanzar en la privatización se debe instalar un estándar más bajo que les resulta muy complicado. La llamada revolución de los aviones que intentó imponer Macri dejó solamente a dos empresas una de las cuales tiene los estándares más bajos que es FlyBondi, que deja pasajeros demorados y no cumple horarios, como mínimo. Entonces para traer a sus socios, sus amigos, sus mandantes y hacer negocios sin sustento operativo ni económico financiero, con esos proyectos golondrina que vienen y se van, necesitan la precarización total de nuestras condiciones laborales. Necesitan controles laxos y la desregulación total del gobierno sin que se los pueda controlar.
–¿Se sabe quiénes son esos quiénes son esos intereses? ¿Tienen el nombre y apellidos?
–Nosotros tenemos serias sospechas de que hay intereses inconfesables, inclusive de todo el arco político. No lo pueden decir públicamente, pero creemos que los intereses son tan poderosos, que ya habría una suerte de preacuerdo para la entrega de Aerolíneas a algún grupo o grupos en particular. Es preciso saber que Estados Unidos pasó a controlar la aviación en la región y ha tomado el control de las compañías más grandes. Está el caso de LAN que es la más grande de Latinoamérica que vendió una parte importante de sus acciones a la estadounidense Delta. Luego está Avianca que es controlada por United, pero con un paquete accionario minoritario, porque siempre chocan contra las leyes anti monopólicas. Entonces ahí aparecen los fondos de inversión con anclajes en otros lugares remotos donde aparecen los socios ocultos.
–Sin embargo, el discurso oficial es que Aerolíneas solo da pérdidas.
–Mejor veamos algunos números de Aerolíneas. En 2022 el Estado Nacional aportó 247 millones de dólares para sostener la operación de Aerolíneas y en contrapartida aportamos en el mismo período 6.000 millones de dólares al PBI. Esto, en términos diarios, dice que el Estado puso cerca de 700 mil dólares por día para operar la compañía y Aerolíneas Argentinas le devolvió ese mismo monto pero por hora. Vale decir que en 15 días de operación, Aerolíneas Argentinas en el 2022 le devolvió los 247 millones de dólares al Estado nacional a través del PBI, los otros 350 días generó cerca de 16 millones y medio de dólares por día. Un beneficio económico para todos los argentinos. Esto la política lo sabe. Entonces, los que no tienen honestidad intelectual o tienen intereses oscuros atrás, pretenden decir que esto mismo lo haría una compañía privada.
–El gobierno no parece dar con la herramienta justa para la privatización. Ahora habla de un decreto.
–Hay algunas cuestiones que son humo en política, son anuncios vacíos de contenido, otras malas praxis del gobierno. Desde los sindicatos aeronáuticos hemos advertido la ilegalidad de la forma que buscaro decretar servicio esencial. Vamos camino a denunciar a los funcionarios por abuso autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos porque violaba varias normas. Se les nota la falta de planificación y le hacen forzar al Presidente el respaldo a una ley que propone el PRO, que tiene dos artículos y que va camino al fracaso.
–Ahora dicen que lo harán a través de un decreto.
–Pretenden declarar a Aerolíneas “sujeta a privatización” sin pasar por el Congreso no garantiza que se privatice porque ningún inversor vendría a comprar una parte o todo el paquete accionario de una compañía que el Congreso puede revertir. Lo anunciaron el viernes para que el fin de semana no siga saliendo la mala noticia que tenemos más del 65% pobreza en los menores de 14 años y más del 50 por ciento, en toda la población.
–Se conformó la Mesa Nacional de Transporte. ¿Cuál es el objetivo?
–Están las organizaciones históricas y se estableció una unidad en la acción donde no hay jerarquías, ni supremacía de ningún sector. Surgió primero como una mesa de solidaridad con los aeronáuticos en general y en mi caso para expresarme solidaridad por la persecución que sufro en todos los sentidos posibles. Está claro que quieren precarizarnos a todos y van por la estructura de los sindicatos sacarle capacidad de reacción y llevar las condiciones laborales casi a niveles pre-coloniales. En ese contexto se están planificando algunas acciones. Están evaluando algunas acciones conjuntas de cara a este modelo que el Gobierno quiere imponer.
–Ahí surgió la convocatoria al paro
–Algunas organizaciones propusieron un paro general de transporte para el 17 de octubre y lo que se definió es llamar a un plenario con los cuerpos orgánicos para el 8 y en ese plenario se decidan los cursos de acción.
–Ahora, un paro de transporte es casi como un paro nacional de CGT. ¿La están “apurando”?
–De ninguna manera. Nosotros no pretendemos condicionar ni impulsar nada. Nosotros tenemos sentido de pertenencia en la CGT, somos 100% orgánicos.
–El gobierno de Milei es el menemismo de este de este siglo o es peor?
–Hay un compañero que me suele decir que los contextos no se repiten exactamente y si bien las circunstancias son parecidas, hay que analizar los momentos en que se da el fenómeno. Milei viene de la mano de una crisis política donde el peronismo hizo poco y mal. En términos simbólicos y de conducción descuidó contener a sus votantes y en términos de gestión fue malo.
–¿Qué espera del peronismo?
–Necesitamos una renovación y que se acuerde un plan programático para que cuando le toque volver a gobernar, los que ocupen cargos sepan de antemano qué es lo que hay que hacer. Que tengan los consensos y los diálogos previos para agrupar la mayoría y en función de los resultados de la gestión que vuelva a enamorar el pueblo y que pueda realmente reparar la matriz social que está seriamente lastimada. Es preciso anular los sectarismos y ampliar las políticas de alianzas
–¿Qué representa a Cristina en este proceso?
–Cristina es una compañera muy muy importante. Tiene mucho que aportar y representa la posibilidad de consolidar el voto en provincia de Buenos Aires y complementariamente con Axel Kicillof.
–¿Y Axel Kicillof?
–Axel tiene que presentar la capacidad de convocar, de contener a todos los sectores que naturalmente han sido dejados de lado por el espacio que representa Cristina, con lo cual para ir a la unidad es estratégico el rol de Axel como aglutinador y que Cristina tenga un rol complementario que permite reconciliar a toda la provincia de Buenos Aires.
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