No habrá interbloque entre La Libertad Avanza y el PRO. Tampoco el partido de Mauricio Macri pasará a tener el perfil opositor que quisieran algunos de sus integrantes. El espacio amarillo seguirá en el no lugar en el que se encuentra hoy, buscando los momentos para criticar y los momentos en que no le quedará otra que acompañar (los votos que respaldaron al veto a las universidades vinieron a regañadientes en muchos casos). En el medio, están las conversaciones entre Macri y El Escorpión (como bautizaron a Santiago Caputo por su vocación de envenenar a quien quiere ayudarlo). En esa línea, el PRO seguirá en muchos casos con su vocación de rana, intentando sacar ventajas en el Presupuesto 2025 y con un gran interrogante el año que viene sobre si irán o no en un frente electoral con Javier Milei, el hecho maldito del PRO.
Macri fue esencial para sostener el veto de Milei al presupuesto universitario. Si hay costo político, deberá compartirlo. En cambio, no están tan claro de momento los beneficios. Quien haya prestado atención al tono y el contenido del comunicado que sacó el PRO la semana pasada, tendrá en claro que Macri apoyó, pero planteando muchas críticas a la gestión. Y casi un pliego de condiciones sobre qué hacer con las universidades.
Su bloque también tuvo una serie de comunicados donde se justificó en su coherencia con las votaciones anteriores, pero no apoyó la gestión de Milei. Una y otra vez remarcaron esta diferencia.
Doble juego
El plan de Macri parece ser seguir esta ruta: diferenciarse todo lo que sea posible, criticar cuando encuentre flancos abiertos de Milei (la transparencia suele ser uno de los ejes elegidos por el PRO) y, a continuación, remarcar que el PRO tiene otros proyectos y una mejor preparación para gobernar.
El modelo a seguir será, de nuevo, el comunicado sobre las universidades: allí le contaron las costillas a la evidente falta de gestión en la materia de Sandra Pettovello, hasta la responsabilizaron por la falta de auditorías a las universidades y dijeron que el Gobierno se había comprado un problema que se agravó por sus propias internas. A continuación, anunciaron que apoyaban el veto para ser coherentes.
Casi les faltó agregar: “Pero que sea la última vez”. ¿Será la última vez que el PRO apoyó una ley, DNU o veto de Milei? En una palabra, no. Pese a todo el discurso para diferenciarse, en el macrismo tienen en claro que la coyuntura los empujará una y otra vez a quedar del lado de Milei, sobre todo porque no quieren quedar del lado del “kirchnerismo”, como graficó en la sesión Alejandro Finocchiaro. “Me corto la mano antes de votar con el kirchnerismo”, dijo el ex ministro de Educación que, de esa forma, votó un veto para desfinanciar a las universidades.
Vocación de rana
En ese sentido, el PRO va ocupando -muy a su pesar- el lugar que el radicalismo ocupó durante el Gobierno de Macri: un socio incómodo, pero que termina apoyando la dirección que encaró el presidente. El secretario de Macri, Fernando De Andreis, graficó esto con la fábula de la rana y el escorpión.
Para quien no la conozca, en esa historia con moraleja el escorpión le pide a la rana que lo ayude a cruzar el río. La rana le dice: “No, porque me vas a picar con tu aguijón y me vas a matar”. Y el escorpión le argumenta que, si hace eso, se moriría ahogado. Finalmente, la rana accede, y cuando están en medio del charco, el escorpión le clava el aguijón.
-¿Por qué? -dice la rana, moribunda – Ahora vos también te vas a morir.
-Sí, pero está en mi naturaleza.
De Andreis publicó un tuit justo después de la reunión de Macri con Santiago Caputo en el que ese asesor pasaba a ser el escorpión: “Como el escorpión que mata a la rana que lo está ayudando a cruzar el río, no pueden resistirse, está en su naturaleza”. Lo que tal vez no se percató el adlátere de Macri es que, en esa fábula, el PRO termina teniendo vocación de rana.
Según cuentan en los mentideros macristas, el encuentro con Caputo tuvo un primer momento donde se dijeron de todo, se cruzaron reproches y casi terminan de la peor manera. También hubo reclamos de Macri por áreas centrales del Gobierno donde viene pidiendo introducir gente propia. Luego, cuando se calmaron un poco, hablaron de la necesidad de diseñar una metodología para discutir si habrá o no un frente electoral hacia 2025 y de tener una mejor comunicación sobre las medidas que va a llevar Milei al Congreso. “Para no enterarnos por los diarios”, fue la queja de Macri.
Eso último, se supone, debería derivar en la creación de una mesa política, donde Macri enviará como emisario a Cristian Ritondo. Todavía el Gobierno no cumplió ese compromiso. “Pedimos estar en las decisiones de las cuestiones que van al parlamento. Eso no significa cogobierno”, aclararon cerca de Macri.
En el PRO hay clima de hartazgo por las promesas incumplidas, la gestión que no camina, los pedidos de los gobernadores que no avanzan. Todo esto se hará carne en un encuentro que tendrán los gobernadores PRO con los senadores y diputados esta semana. Allí buscarán ir con un frente único con determinados pedidos sobre el Presupuesto 2025. Quieren que se escuche la voz de los intendentes y los gobernadores de PRO con los reclamos concretos que tienen. Allí Ignacio Torres y Rogelio Frigerio quieren ver resultados, de lo contrario puede ser que reclamen una postura más dura del PRO la siguiente vez que desde el Gobierno vengan pidiendo ayuda.
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