El ingreso de una funcionaria recomendada por Mauricio Macri al Gobierno nacional, seguida por otro nombramiento similar en cancillería despertó todo tipo de versiones. “Es un desembarco”, tronó Martín Lousteau, desde la UCR, que habló de canje de leyes por cargos. “No hay ningún desembarco”, dicen los negociadores de Macri. La realidad, al parecer, es más sinuosa. Hay conversaciones entre el PRO y La Libertad Avanza, que intentan avanzar en una alianza hacia 2025, pero que tienen todo el tiempo dificultades. El nombre de María Tettamanti, nueva secretaria de Energía, efectivamente fue recomendado por el equipo de Macri pero también por jugadores del sector empresario. Macri festejó el ingreso como un gol propio, pero en su entorno dudan si realmente fue un buen gesto hacia él, dado que se enteró por los portales. No se lo habían avisado previamente. “Hicimos un rescate técnico”, comentó el líder del PRO al respecto durante el coloquio de IDEA la semana pasada ante un círculo reducido de empresarios.
La primera noticia que encendió todas las luces de alerta fue el nombramiento de Tettamanti, que venía recomendada por el ex secretario de Energía Emilio Apud, con quien venía trabajando en la Fundación Pensar. Este era el hombre que Macri había designado para seguir las conversaciones en el sector energético. Lo cierto es que Tettamanti también venía con amplios apoyos de empresarios: sobre todo, del empresario Alejandro Macfarlane, accionista de la distribuidora de gas natural Cammuzzi. También hay que recordar que la salida de Eduardo Rodríguez Chirillo era una cuenta que tenía por cobrarse el ministro de Economía, Luis Caputo.
La segunda novedad vino por un giro en la virtual intervención que sufre la canciller Diana Mondino. Le volaron a su segundo, Leopoldo Sahores, a quien en el círculo del presidente tildaban de “Larretista”. El reemplazante es Eduardo Bustamante, ex miembro del ministerio de Seguridad en el gobierno de Macri (es decir, con Patricia Bullrich) y actual cónsul general en Montevideo.
Ante esto, quien comenzó a hablar de una pacto fue Lousteau: “Hay un desembarco de Macri en el Gobierno; ellos hablan de
transparencia y si le dan los negocios y los cargos que ellos quieren,
son capaces de votar cualquier cosa. Está expuesto. Es pornográfico”. “Es algo obvio. Está a la vista del público: a Macri si le entregan
negocios o consigue lo que quiere, entonces está en contra de los
jubilados y de las universidades. En cambio, si no le dan cosas, está a
favor de los jubilados y de la educación”, insistió Lousteau.
Cuando le preguntaron a Milei sobre si el ex presidente fue consultado para el cambio en la secretaría de Energía, el mandatario contestó: “Sí, nosotros trabajamos regularmente con el presidente Macri y tenemos un diálogo muy profundo”. De esta forma, parecía confirmar que la designación venía de las conversaciones que tuvo Macri con el asesor todoterreno Santiago Caputo.
Y, por último, Macri se subió a la noticia, aunque de una forma algo dubitativa: “Nos han pedido colaboración en términos de reforzar el equipo de energía… No voy a opinar porque no ha hablado todavía con la Fundación Pensar que es la que estaba trabajando”, contestó cuando le preguntaron por esto.
Hay que contrastar esto que dijo Macri, subiendose a la designación con el testimonio que consiguió la periodista Eugenia Muzio para el portal Letra P de parte del secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González (la persona que Caputo había puesto por encima de Chirillo): “Yo la arrimé al equipo. No es un cambio, es una continuidad. Tengo confianza en María”, indicó, con lo que pareció derrumbar toda la versión de que era un gesto hacia Macri.
Entonces, ¿hay desembarco o no hay desembarco?
Desembarco de Schrödinger
Saber si un nombramiento está acordado o no es casi una novela de misterio. Por eso, vale la pena repasar lo que le contestaron a este diario desde el entorno directo de Macri apenas se conoció el nombramiento de Tettamanti: “Surge de una propuesta que hizo el ex secretario de energía Apud. Ojalá sea el inicio de algo y que se dejen ayudar más. El PRO quiere que al gobierno le vaya bien. Ahora, es dificil que el escorpión cambie su naturaleza. Está en su ADN”, respondieron, entre la esperanza y la desconfianza.
No se trata de la declaración que hace alguien que viene de acordar el ingreso de determinados funcionarios, sino de un expresidente que se enteró por los portales de la noticia y está tratando de interpretar si es a su favor o qué está haciendo Milei. Esta incertidumbre, del lado de Macri y del lado del Gobierno, viene siendo una constante en la relación dificil entre ambos.
La frase del escorpión remite a algo que dijo la sombra de Macri, Fernando De Andreis, poco después de uno de los encuentros del ex presidente Santiago Caputo: el gobierno es como el escorpión que mata a quien intenta ayudarlo. No obstante, hay quienes prefieren interpretar estos nombramientos como una suerte de plan de contención del Gobierno hacia sus aliados. Creen que el Gobierno se dio cuenta de que se les acababa la suerte en las votaciones y que, si no empezaban a cambiar su política, iban a empezar a sufrir derrota tras derrota en el Congreso.
Lo cierto es que le cumplieron a Macri cuando pidió que se armara una mesa política permantente: la integran Santiago Caputo y Cristian Ritondo. No obstante, de esa mesa no salieron (ni se informaron) esos nombramientos. “No hay desembarco”, remarcan sin muchas vueltas los negociadores macristas. No obstante, señalan que toman a bien que se esté sumando gente del espacio amarillo y señalan que, si hay más incorporaciones, será de forma “lenta y paulatina”.
De la misma forma en que se puede dar un acuerdo electoral, todo será un juego de aproximaciones, peleas y desconfianzas hasta llegar a algún resultado. “Nosotros seguiremos haciendo aportes”, dicen en el PRO.
Entonces, ¿puede haber un acuerdo? Sí.
¿Lo hay hoy? No del todo.
Así de sinuosa es la relación entre Macri y Milei.
Entre los nombres que ya circularon (y que tal vez, perdieron peso por eso mismo) están el de Luciano Laspina para el Banco Nación y el de Martín Maquieyra para el directorio de YPF. También podría aparecer algún nombre en el Ministerio de Capital Humano, para apuntalar a Sandra Pettovello -que, para Macri, viene floja de gestión- y en el PAMI y en la ANSES. Pero nada de eso es seguro aún. Lo que queda claro es que si van a sumar amarillos, será siempre en organismos descentralizados o segundas líneas. El plan está muy lejos de aquel frustrado desembarco en ministerios que Macri imaginó cuando Milei estaba formando su gabinete, el año pasado.
En esta novela de misterio que son las negociaciones de Macri y Milei, todavía puede haber más de una vuelta de tuerca.
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