19/09/2024

Las apelaciones que se vienen por el salvataje de Comodoro Py al fiscal Stornelli | Tras la absolución de Ercolini, el caso podría llegar a la CIDH



De Comodoro Py a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Pedro Etchebest (a través de su abogada Natalia Salvo) y el abogado José Manuel Ubeira apelarán la decisión judicial que benefició al fiscal Carlos Stornelli y estableció una especie de “aquí no ha pasado nada” en el escándalo protagonizado por el falso abogado Marcelo D’Alessio. El juez Julián Ercolini absolvió a Stornelli con el argumento de que todo fue obra de D’Alessio, no del fiscal, sin explicar qué motivó al letrado trucho a las ilegalidades. ¿Por qué D’Alessio le haría una cámara oculta a Ubeira, defensor de un imputado en la causa Cuadernos, si no hubiera mediado pedido o sugerencia de Stornelli? Y, antes que eso, ¿por qué D’Alessio hablaría de colocarle cocaína en la valija al piloto peruano-norteamericano Jorge Christian Castañón, ex marido de la actual esposa de Stornelli? El primer paso de Salvo y Ubeira será apelar a la Sala I de la Cámara Federal, conocida como la Sala M, por macrista. Y luego ambos letrados irán a Casación. En ambos casos, con poca esperanza. Pero Ubeira sostiene que la intención de un fiscal en ejercicio de hacerle una cámara oculta a un defensor es una abierta violación a los derechos humanos y, por lo tanto, presentará el reclamo en la CIDH.

Apagando el fuego

Ercolini absolvió a Stornelli con argumentos asombrosos. Por ejemplo, que D’Alessio habló de hacerle una cámara oculta al defensor de Oscar Thomas (Ubeira), pero que nunca mencionó el apellido del letrado. Dijo: “no me acuerdo como mierda se llama”. Pero, no sólo D’Alessio hizo mención a que se trataba del defensor de Thomas, sino también de Federico Elaskar, en una causa ligada a Lázaro Báez. Obviamente estaba refiriéndose a Ubeira: no hay otro abogado que haya ejercido la defensa de Elaskar y Thomas.

Además, en aquellos diálogos que constan en el expediente, D’Alessio hizo referencias a un abogado que lo fue a ver a Ubeira y que estaba vinculado a él. Estaba la expectativa que ese abogado enviado por D’Alessio le hiciera la cámara oculta a Ubeira. “No se hizo porque es un cagón”, explica D’Alessio. “Convencelo”, le pide Stornelli. Es decir que el fiscal insiste con que la cámara oculta se haga porque esperaba que Ubeira dijera algo impropio, luego se difundiría a través de un medio amigo y con esa excusa se sacaría a Ubeira de intervenir como abogado en el expediente Cuadernos. El juez afirma que aunque se hubiera hecho, como era una cosa de privados (un abogado haciéndole una cámara oculta a otro), no hubiera sido delito.

Debe recordarse que Stornelli ya recurrió a maniobras de ese estilo. Adujo que le enviaron unas páginas con escuchas telefónicas transcriptas y que las tiraron por abajo de la puerta de la fiscalía. O sea, le llegaron de manera anónima. Y con esas páginas armó una denuncia contra presos por la causa Cuadernos, detenidos en el penal de Ezeiza, argumentando que querían complotarse contra el juez Bonadío y él mismo. 

¿Cuál era el objetivo de aquella movida de la cámara oculta? Sacarlo a Ubeira de la causa Cuadernos y, en especial de la defensa que ejercía de Oscar Thomas, ex titular de Yaciretá. Thomas no se “arrepintió” en la causa: no fue de los empresarios o funcionarios que, a cambio de salir en libertad, admitió haber pagado una coima. Siempre sostuvo “no entregué bolsos ni bolsitos ni cajas ni cajitas. En Yaciretá yo no manejaba dinero. Todas las cuentas fueron auditadas por el nuevo director del ente binacional, el presidente del PRO, Humberto Schiavoni”. Thomas-Ubeira señalaron que las licitaciones de Yaciretá se hicieron antes que Thomas llegara al cargo y el principal beneficiario fue Angelo Calcaterra, el primo de Mauricio Macri. Pero más allá de eso, que era falso lo que estaba escrito en el cuaderno del chofer Oscar Centeno, que sostuvo que había retirado un millón de dólares de la sede de Yaciretá y luego una cifra más chica de la casa de Thomas. 

Lo impactante es que Ercolini -absuelto por el viaje a Lago Escondido-, contradice, no sólo a quien fuera juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, sino también a la Cámara Federal de Mar del Plata que procesó a Stornelli. Y la fórmula matemática funcionó como casi simpre: traer la causa a Comodoro Py equivale, para los macristas como Stornelli, la absolución.

El ex de la esposa de Stornelli

En la misma causa y con los mismos argumentos, el fiscal ya había zafado -gracias al juez- por aquellos diálogos en los que D’Alessio y Stornelli hablan de colocarle algo en la valija al piloto estadounidense-peruano Jorge Christian Castañon. Ese algo era, obviamente, droga, y el objetivo era que el piloto estuviera detenido y que no visitara a las dos hijas que Castañón tenía con Florencia Antonini, actual pareja del fiscal.

El piloto había integrado la fuerza aérea de Estados Unidos y toda la causa judicial motivó que un comité militar lo citara. La preguntas son evidentes: ¿por qué D’Alessio le daría un largo informe a Stornelli sobre el trabajo de Castañón en una subsidiaria de American Airlines? ¿Por qué lo habría anoticiado de que Castañón era valijero o sea que traía cosas importadas? ¿Y por qué D’Alessio le propondría colocarle algo en la valija para que lo metan preso? Parece evidente que en todo hubo un móvil y ese móvil no tiene otra explicación que intervenir en la relación de Castañón con sus hijas. Es clarísimo que fue Stornelli quien pidió los informes sobre el piloto y quien mantiene el intercambio sobre colocarle droga a Castañón. No hay un mensaje en el que diga: “¿de qué habla D’Alessio?¿Cómo que colocarle algo a alguien en una valija?”.

Comodoro Py hace milagros y Stornelli fue desvinculado con el argumento de que todo fue obra de D’Alessio, quien actualmente está siendo juzgado en ese mismo edificio.

La extorsión también en la nada

El mismo razonamiento utilizó el magistrado para hacer zafar a Stornelli de la acusación inicial: haber extorsionado al empresario Pedro Etchebest. D’Alessio le pidió 300.000 dólares para no involucrarlo en la causa Cuadernos y el pedido se produjo después de una reunión -¡en Pinamar!- entre D’Alessio, Stornelli, con Etchebest sentado a unos pocos metros, esperando el resultado del encuentro.

Hay un mensaje, previo a la reunión en el parador playero, en el que D’Alessio le dice a Stornelli: “lo de Pedro (Etchebest) me encargo yo personalmente de avanzar con ese sujeto”. El magistrado señala que es un mensaje del falso abogado que el fiscal no contesta. Pero lo lógico es que hubiese contestado: “¿de qué me habla señor D’Alessio?”, “yo no le encargué nada de nada”. Pero es evidente que no contesta porque sabe de qué hablan.

Lo concreto, es que Ercolini también desvincula a Stornelli de la extorsión respecto de Etchebest.

Vendrán ahora las apelaciones, en un edificio en el que la gran mayoría de los magistrados tocan la misma partitura de aliados al macrismo. El paso que dará Ubeira en la CIDH abre alguna expectativa respecto de un fiscal que mantiene un diálogo sobre una operación de espionaje ilegal para excluir a un abogado defensor. “Yo la voy a seguir y seguir”, aseguró Ubeira.  



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