19/09/2024

San Cayetano: Nuevo reclamo por paz, pan y trabajo | Entre lo religioso, lo social y lo político



Como viene sucediendo cada año el próximo 7 de agosto el santuario católico de San Cayetano, ubicado en el barrio capitalino de Liniers, será el foco de un hecho de piedad religiosa, que también contiene ingredientes culturales, sociales y políticos. Hay quienes llegan invariablemente todos los años hasta el templo para elevar sus plegarias pidiendo la intersección del santo patrono del “pan y del trabajo” para superar situaciones de pobreza, también para agradecer por los beneficios recibidos. Largas colas se forman desde semanas antes en las puertas del templo para acceder hasta la imagen del santo en un acontecimiento que reúne religiosidad popular, fiesta y expresión de las necesidades sociales. Sin embargo, el número de quienes acuden aumenta considerablemente cuando la crisis económica impacta en la sociedad.

Siendo un hecho fundamentalmente religioso la devoción por San Cayetano se fue incorporando también a la historia de las luchas populares de la Argentina como una experiencia que hace síntesis entre la piedad popular y las demandas y gestas reivindicativas del pueblo pobre.

El 30 de marzo de 1982, quedó marcado como un hito porque ese santuario católico acogió una multitudinaria marcha encabezada por el entonces secretario general de la CGT, Saúl Ubaldini, bajo la consigna “paz, pan y trabajo”. Para muchos analistas políticos aquel fue un hecho político decisivo que, junto con la derrota en la guerra de Malvinas, terminaron de desalojar a los militares del poder.

Más acá en el tiempo, en 2016, la marcha a San Cayetano, se transformó en la más desafiante protesta contra la política social del presidente Mauricio Macri. En esa ocasión los movimientos sociales fueron los principales protagonistas de la peregrinación que culminó con una masiva concentración en la Plaza de Mayo. Allí estuvieron gran parte de las organizaciones hoy nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y a quienes en muchos espacios se denomina desde entonces “los cayetanos”. El propio Papa Francisco hizo suya la consigna de los movimientos sociales bajo el lema de “las tres T: tierra, techo y trabajo” que impulsó cada vez que tuvo oportunidad de encontrarse con dirigentes de estas organizaciones.

La institucionalidad eclesiástica, que siempre resaltó la centralidad de la devoción como una expresión de religiosidad popular, fue asumiendo paulatina e inevitablemente que el hecho creciera en su costado social y político. Fue así que sin dejar de intentar la no “partidización” del acontecimiento religioso hizo también suyas las demandas “paz, pan y trabajo” que surgen de quienes acuden a San Cayetano desde siempre por iniciativa propia o, más recientemente, a propuesta de las organizaciones sociales o sindicales. También por eso, y ya desde tiempos en los que Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, la misa central del 7 de agosto en Liniers, es presidida por el titular del arzobispado porteño y sus obispos auxiliares.

Los mismo ocurrirá este año cuando quien se haga presente en Liniers sea el arzobispo Jorge García Cuerva, quien ya anticipó que “San Cayetano es un santo de todos, no de un partido político; no de un sector social, es un santo de todo el pueblo argentino que le pide por paz, por el pan y el trabajo”. Pero terminó su homilía del domingo anterior rogando también “que todos los argentinos podamos sentarnos a la mesa de la justicia, de la paz, de la dignidad porque cada uno de nosotros pone lo mejor de sí para saciar el hambre más profunda que tenemos”.

El próximo miércoles el santuario porteño será punto de referencia para organizaciones y movimientos sociales y un ámbito para manifestar contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. Desde primera hora de la mañana se concentrarán en Liniers militantes de la UTEP, pero también de la CGT, CTA Autónoma y CTA de los Trabajadores, y de la Mesa de Organismos de Derechos Humanos. Detalles sobre la movilización se darán a conocer el lunes en una rueda de prensa en la sede la CGT de la que participarán todos los organizadores.

En la Iglesia el 7 de agosto se ha venido disponiendo con diferentes actividades, no solo en Buenos Aires, sino en otras diócesis, donde se celebraron “novenas” (nueve días de oración) preparatorias a la celebración. En el propio templo de San Cayetano la misa que dio inicio a la novena contó con la participación, entre otros, de Alberto Vicenzi, dirigente del sindicato se ladrilleros y miembro de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina, del secretario general de la UTEP, Alejandro Gramajo, y de su predecesor en ese cargo, Esteban “Gringo” Castro.

Desde Morón, el 27 de julio se realizó una peregrinación al santuario de Liniers bajo la consigna “Caminamos a San Cayetano, animados por su testimonio solidario”, marcha a la que se unieron fieles de diferentes parroquias. El gesto religioso culminó con una misa en el templo capitalino presidida por el obispo diocesano Jorge Vázquez.

En la diócesis de Quilmes, el obispo de Carlos Tissera, quien además es Presidente de Cáritas nacional, convocó a una oración conjunta el martes 6 de agosto en el santuario quilmeño de San Cayetano pidiendo por “el pan y la justicia”. De la ceremonia, que tendrá carácter ecuménico, participarán también ministros y representantes de la Iglesia Anglicana, de la Iglesia Evangélica del Río de La Plata, de la Iglesia Metodista Argentina y de la Iglesia Evangélica Reformada de Quilmes.

“No podemos permitir que triunfe la reforma del Estado que impulsa Milei”, aseguró el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar. Pablo Moyano, uno de los co-secretarios generales de la CGT, fue entrevistado en el programa radial “Reza por mi”, y sostuvo que “ser uno de los convocantes y participar el 7 de agosto es un orgullo”. Según el dirigente “vamos con la consigna histórica: paz, pan y trabajo. A la mañana la misa y luego en Plaza de Mayo. Más allá de pedirle a San Cayetano, será una jornada de protesta en paz y multitudinaria”.

Como viene sucediendo desde el año 2016, los organizadores acordaron con las autoridades eclesiásticas que en la mañana del miércoles, en la esquina de la avenida Rivadavia y la calle Cuzco, a metros del santuario, el obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires, Gustavo Carrara, impartirá la bendición a las herramientas de trabajo y a los manifestantes que participan de la movilización. La marcha hacia Plaza de Mayo será encabezada por imágenes religiosas trasladadas por integrantes del movimiento “Misioneros de Francisco”, uno de cuyos principales animadores es Esteban “Gringo” Castro, ex Secretario General de la UTEP e integrante del Movimiento Evita. Más tarde será el propio arzobispo García Cuerva quien celebre la misa principal del día en la parroquia del barrio de Liniers.

Y mientras los peregrinos sigan transitando por el templo frente al santo, miles de manifestantes caminarán desde Liniers hasta la Plaza de Mayo, sumando a su plegaria religiosa, el reclamo de “pan, paz y justicia” y el rechazo a las políticas de ajuste del gobierno nacional. Un acontecimiento que enhebra transversalmente lo religioso, lo cultural, lo social, y lo político.

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